Estrés en la maternidad, ¿normal o patológico?
El embarazo puede ser un momento extremadamente alegre en la vida de una mujer y una pareja. Sin embargo, es un momento que, de manera natural, viene acompañado de una serie de emociones no necesariamente tan agradables que se presentan de manera normal.
La llegada de un bebé provoca un ajuste en la identidad de cada uno de los miembros de la familia, con preguntas como:
¿Quién soy ahora?
¿En quién me voy a convertir?
¿Qué pasará conmigo?
Y aunque estos ajustes se pueden sobrellevar sin mucha dificultad, en muchas ocasiones en este periodo se pueden empezar a presentar estados patológicos severos. Aproximadamente entre un 15 a 20% de las mujeres en período perinatal tendrán un trastorno mental. Esto significa que una de cada cinco mujeres esta en riesgo de desarrollar una enfermedad psiquiátrica que necesite ser tratada.
El trastorno más común es la depresión seguido de la ansiedad. Y en menor grado la psicosis, fobias, trastorno obsesivo-compulsivo, trastornos de la conducta alimentaria. A pesar de las serias consecuencias que estos estados pueden acarrear para la mujer y el bebé, aproximadamente el 75% de ellas no son identificadas, y por lo tanto no reciben tratamiento.
Dentro de los factores que condicionan el sub diagnóstico esta el hecho de que se presupone que el embarazo y el posparto son momentos en donde se “debe” de ser feliz, y esto ocasiona que el problema no sea visto, y por otro lado le impone a la mujer cierta presión social que no le permite expresar que no se siente bien.
No atender los trastornos emocionales durante el embarazo puede llevar a una serie de complicaciones para el bebé y la madre, dentro de las que se encuentran: parto prematuro, bajo peso al nacer, hipertensión, dificultades en la vinculación con el bebé y descuido en el cuidado prenatal.
Como mencioné antes, durante el embarazo se pueden presentar una gran variedad de emociones normales, así que probablemente ahora la pregunta que te estarás haciendo es:
¿Cómo saber si lo que se esta presentando es una respuesta emocional normal de ajuste o el inicio de un trastorno psiquiátrico?
Hay dos preguntas que te pueden ayudar a orientarte:
¿Este estado o síntomas (preocupaciones, miedos, tristeza, irritabilidad) esta provocando algún tipo de desestabilización familiar? ¿Estás teniendo problemas familiares, dificultades en la relación de pareja, en la relación con los hijos?
¿Te estas descompensando mucho? ¿Estas teniendo malestares físicos adicionales a los esperados por el embarazo o mucho más severos? ¿Tu estado de ánimo esta persistentemente alterado? ¿Ha habido descuido en tus actividades personales, profesionales o de relación? ¿Estas descuidando el cuidado/seguimiento del embarazo?
Si respondes si a cualquiera de estas preguntas, vale la pena que acudas a un especialista de la salud mental para que te ayude a determinar si estas presentando un trastorno y más importante si necesitas un tratamiento específico que llevar. Se puede llevar tratamiento con psicoterapia o tratamiento con medicamentos. No hay un solo tratamiento que funcione para todas por igual, será necesario una valoración para determinar el mejor en cada caso individual.
Aunque no hay una forma para prevenir la depresión o la ansiedad en el embarazo o posparto, si hay algunas cosas que puedes hacer para estar preparada y recibir ayuda rápidamente de ser necesario:
Investiga si tienes factores que te ponen en mayor riesgo de depresión y ansiedad durante el embarazo y después del parto. Tu ginecólogo te puede ayudar.
Habla con tu médico sobre la depresión y la ansiedad relacionadas con el embarazo y aprende cuáles son las posibles señales a las que debes estar atenta.
Aprende todo lo que puedas sobre el embarazo, el parto y la maternidad para que sepas qué esperar.
Ten expectativas realistas para ti y tu familia.
Haz cosas que te pueden ayudar a sentirte mejor (juntarte con otras mamás, tomarte un tiempo para hacer cosas que disfrutes, etc.)
Planea a futuro. Durante tu embarazo, piensa quién te puede dar apoyo y ayuda cuando nazca el bebé. Pregúntale a esa persona si te puede ayudar para que ambos puedan estar preparados.
Lo más importante de recordar es:
La depresión y la ansiedad no se dan por algo que uno haga o deje de hacer, son problemas médicos que necesitan atención médica.